La carga y descarga se realizan siguiendo procedimientos específicos que garantizan la seguridad, incluyendo el uso de equipos adecuados y la supervisión de personal capacitado.

Se transportan varios tipos de combustibles, incluidos gasolina, diésel, gas natural, biocombustibles y productos petroquímicos.

El transporte de combustible está sujeto a regulaciones nacionales e internacionales, que incluyen normas de seguridad, etiquetado y manejo de materiales peligrosos.

Se implementan medidas de seguridad como la capacitación del personal, el mantenimiento regular de los vehículos, el uso de contenedores adecuados y protocolos de respuesta ante emergencias.

La capacidad de carga se determina por las especificaciones del vehículo, que incluyen su tamaño, diseño y las regulaciones de peso y volumen.

El transporte de combustible puede tener impactos ambientales, como emisiones de gases de efecto invernadero y riesgos de derrames. Se implementan prácticas para minimizar estos impactos.